martes, 21 de diciembre de 2010

Vuelo (VI)

Impotencia, debilidad, ira, rabia.

Son tantos los sentimientos que uno puede sentir al ver como alguien está a punto de morir frente a tus propios ojos y ser incapaz de ayudarlo.

Cuán peligroso puede ser enfrentarse a una ilusión. Una ilusión que esconde trampas que podrían ser mortales. El techo se derrumbaba sobre mi, a ojos de mis compañeros incapaces de poder pasar esa barrera mágica que nos separaba. Esa es la magia que los Gennitas temen y odian. Esos son los arcanos que ambicionan el poder de la Urdimbre y usan sus enseñanzas con malicia e incompetencia.

Cuando mis cuerdas vocales se desgarraron por el grito de dolor alguien gritó mi nombre. Fue extraño oír mi propio nombre, bastante, pero poco tardé en identificar quién gritaba. Por unos segundos olvidé el hombro roto y el dolor que esa fractura me ocasionaba, pude pensar una oración para sanarlo o, al menos, obligar a mi hombro a no acabar quebrándose del todo. No obstante, algo más ocurría. Ellos luchaban por hallar la forma de sacarme de esa cárcel mágica; ellos seguían debatiéndose entre la barrera mágica y el derrumbe que amenazaba con sepultarme. Ellos, mis seres queridos y compañeros, no me abandonarían a mi suerte.

Quizás, como creo en ellos, deba creer en el que porta mi misma sangre.

Innumerables han sido las veces que ha instado a contarme lo sucedido antaño pero nunca le he escuchado. ¿Lo haré en alguna ocasión? Sus palabras citan traición, muerte y defensa por su propia vida. Es posible que antaño, aunque su mano fuese la ejecutora de atroces actos fuese por otros motivos que padre no me reveló. Aun así...

¿He de confiar el ese descastado traidor? ¿Debo darle un voto de confianza?

Ay de mí... muchos son los peligros que moran nuestro bosque, y el que porta mi sangre ahora ha sido encerrado en las cárceles. El motivo de su encierro es la protección de los bosques silvanos ante la amenaza de los druidas oscuros. Sus ojos estaban inyectados en rojo escarlata, sedientos de ira, odio o rabia, cuál animal rabioso en busca de una presa. ¿Cómo puedo confiar en su palabra si en su cuerpo ha sido implantado el mal?

Erdrie, Madre alada, déjame ver en ese hermano descarriado si es a la verdad a lo que tanto se aferra para obtener mi perdón. Un círculo de la verdad será llevado a cabo, cuando su maldad sea erradicada.

Por el momento, nuestros problemas nos llevaran al desierto de Norin. El mal implantado en esos hombres del Ónix será erradicado y su líder caerá con la furia de los titanes bajo nuestras sagradas armas. El Seldarine proteja a sus hijos en esta difícil cruzada y me otorgue fuerzas para poder sanar a mis hermanos, puesto que muchos seremos heridos en esta batalla de espadas y magia.

***

Como corderos acorralados en su trampa cayeron pero los corderos se convertirán en lobos.

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