martes, 9 de mayo de 2006

II. Presente.

Primero luces, flechas, sangre, dolor. Luego oscuridad, la noche, estrellas. Un cuerpo yacia en el suelo desde hacia muchas horas, cuerpo abandonado pues su alma, confusa, vagaba por las proximidades de su muerte buscando alguna forma de vida.

En realidad ya tenía pensado algo, estaba buscando a sus verdugos, aquellos que habían acabado hacia unas lunas con su cuerpo. Dotado de su voluntad, comenzó su búsqueda.

Más allá el cuerpo seguía inerte, los primeros síntomas de una lenta putrefacción frenados por la magía que el mago tenia, hacían de este parecer casi un ser vivo tirado en el suelo.

El alma...recorría calles de la ciudad buscando a sus objetivos, tenía un trato que hacer...Arya, aquella elfa alada que un día pareció que estaba de su lado y que con su arco había abierto todas aquellas heridas mortales en su cuerpo,le podría dar la protección de ella y de los suyos, como poderoso archimago, había notado la presencia de alguien más en el interior de la elfa...

Moses que con su estoque atravesaba su cuerpo sin piedad, quizas sin saber quien era el anciando, le podría dar dinero, cantidades inpensables de dinero...

Lid que con su magia había cesado el último exhalar del viejo, le podría dar poder, mucho poder.

Y por último Sun, que parecía sin inmutarse ante la matanza como aquel que petrificado espera su rescate, le podría dar lo que estuviese en sus manos para compensarle...

Claro que todo tenía un precio, el precio de la vida, pero...¿quien era mejor para devolverle la vida que sus propios verdugos?, ¿lo haría alguno?, sino...¿quien podría hacerlo?...Lejos, el brazo del anciano ya no
era sino un hueso que los gusanos habian devorado, pero aún estaba a tiempo. Si, aún...

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